Historias de voluntarios

Francisca: "En DKMS descubrí una nueva motivación en mi vida"

Francisca se unió al Voluntariado DKMS luego de registrarse como potencial donante de células madres sanguíneas en el 2019. Luego de algunas experiencias personales, decidió formar parte de la Fundación a través de esta iniciativa para ayudar a que nuestra misión llegue a más personas.

26/10/2021

Crecí en una familia pequeña, pero con un corazón enorme; soy la mayor de 2 hermanos. Fui mamá muy joven de dos niñas: María Jesús (19), estudiante de Derecho de la PUC y María Trinidad (13), alumna de 7° básico. Vivimos con mi mamá, mis abuelitos Clara y Hernán, quienes son un pilar fundamental en mi vida.

Siento que lejos la herencia más linda y valiosa que le puedo dejar a mis niñitas es que sean buenas personas, que encuentren el real sentido a sus vidas y sean felices haciendo lo que les apasiona, que no busquen el éxito, sino la felicidad porque buscando la felicidad encontraran sin dudas el camino al éxito.

Desde pequeña siempre sentí los deseos de dar una mano a quién lo necesitara, de chica quería ser monja, pero terminé estudiando Derecho sintiendo que ese era un buen camino y gran herramienta para ser un aporte a la sociedad. Sin embargo, en mi último año de carrera una enfermedad muy inesperada de un minuto a otro cambió el rumbo absoluto de mi vida, que me tuvo al borde de la muerte.

Había muy pocas posibilidades de vivir, pero Dios me tenía preparado un camino que hasta ese minuto no imaginaba y me quedara un rato más en este mundo. Pocas semanas antes del 2 de septiembre de 2011 yo milagrosamente había resistido una segunda pancreatitis aguda y estaba en etapa de recuperación. Ese 2 de septiembre cayó un avión con 21 personas que viajaban con la misión de levantar una isla y a su gente que había sido arrasada casi por completo por el terremoto que un año antes había azotado al país.

Ese día marcó un antes y un después en mi vida. Sentía que esas personas habían muerto, pero haciendo lo que ellos amaban profundamente. En cambio, yo semanas y meses antes había estado también al borde de la muerte y hasta ese minuto no había hecho nada que realmente me apasionara, que me saliera por los poros el amor a lo que hacía.

En ese minuto elegí la felicidad por sobre el éxito y no me arrepiento. A los pocos días ya era parte de Desafío Levantemos Chile, decidí entregar 1 año de mi vida a la fundación para dar una devuelta de manos a la vida por tenerme aún aquí. Fueron dos años de voluntariado en los que no paré ningún día. Me sentía como caballo de carrera, mirando para delante, corriendo tratando de hacer lo máximo posible, de ayudar a la mayor cantidad de personas posibles antes que mi "tercer tiempo en esta vida" se terminara.

Luego de muchos intentos por retomar mi rumbo profesional, finalmente me quedé haciendo lo que me apasionaba entregando oportunidades a quienes no las han tenido para salir adelante, darles alas y ayudarlos a cumplir sus propios sueños: en unas semanas cumpliré 10 años en este desafío.

El 2019 gracias a mi hermano conocí a DKMS, llegó con un kit a la casa y me contó de qué se trataba. Sin pensarlo dos veces solicité mi kit por la página y desde ese minuto DKMS se convirtió en mi nueva causa de vida. Sé de cerca lo que significa estar al borde de la muerte sin tener más posibilidades de vivir que aferrarse sólo a la fe, también he vivido de cerca la pérdida de seres querido por causa del cáncer y si bien gracias a Dios nunca he estado en la vereda de una mamá que lucha por la vida de su hijo/a empatizar con ese dolor y desesperación.

Descubrí en esta fundación una nueva motivación en mi vida de aportar, aunque sea con un granito de arena muy pequeño para dar nuevas posibilidades de vida a tantos que lo necesitan, también motivar a otros a que juntos seamos un motor de cambio en las vidas de otros.

Mis anhelos en el futuro son principalmente tener salud para poder seguir este camino que tanto amo y tener la suficiente capacidad, motivación, inteligencia, energía y por sobre todo pasión para poder ser cada día un mejor aporte para DKMS y las causas que me mueven.

Sueño con que podamos llegar al corazón de los más de 18 millones de chilenos con el mensaje de DKMS, que tomemos conciencia de que si todos nos registramos quizás ninguna familia pasaría por el dolor de perder un familiar, un hijo, un hermano, por no encontrar ese milagro genético que le puede salvar la vida. Estoy segura que si todos nos miramos con un poquito más de empatía y amor esto podría ser posible

Me gustaría que la misión de DKMS llegara cada día a más personas en Chile y el mundo entero. Que creciera aún más y fuese tan reconocida por todos como lo es, por ejemplo, la Teletón. Que estuviese en el ADN de los chilenos los deseos y posibilidad de salvar la vida de otros sin esperar nada a cambio, más que la satisfacción de haber encontrado el sentido de su paso por este mundo ayudando a dar vida a otro ser humano. Sueño que mientras existan personas que requieran un gemelo genético para salvar su vida, DKMS no muera jamás y finalmente me gustaría seguir siendo ese pequeño aporte a la fundación que tan feliz y tan lindo sentido le da a mi vida.

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