En octubre celebramos uno de nuestros mayores logros: llegamos a 200 mil donantes registrados y 300 donaciones. En un evento que nuestra Directora Ejecutiva, Anette Giani, calificó de “realmente significativo”, una paciente y donante chilenas compartieron la historia de su encuentro por primera vez.
“Este abrazo es de tu paciente. Es de su familia. Es de todo DKMS. Gracias por salvar una vida”. Con este mensaje fueron recibidos los donantes que el martes 3 de octubre llegaron al Bar La Virgen de Bellavista para celebrar uno de nuestros mayores logros en 5 años: las 300 donaciones entregadas a pacientes de Chile y el mundo.
Un hito del que fueron protagonistas y que partió el día que decidieron registrarse en la Fundación, movidos por el deseo de ayudar a los pacientes con cáncer de sangre. Hoy ya son 200 mil las personas que se han sumado a DKMS, aumentando las posibilidades de los pacientes de encontrar a su donante compatible.
Para festejar esta doble hazaña, el evento “Hecho en Chile” reunió a algunos de esos 300 donantes, influencers con los que hemos trabajado y parte de nuestro equipo. “Cada uno de ustedes, a través de un acto solidario, ha brindado una oportunidad de vida a personas para quienes un trasplante era su única posibilidad de sobrevivir”, les comentó Anette Giani, directora ejecutiva de DKMS Chile.
La celebración convocó a más de 100 asistentes, quienes disfrutaron de una rutina de Claudio Michaux, comediante que desde julio apoya a la Fundación mencionándonos en sus espacios. La instancia también contó con una serie de actividades, como una cabina de videos para que donantes pudiesen dejar mensajes a sus pacientes, y una instalación basada en el trabajo de Keetra Dean Dixon, “Anonymous Hugging Wall”, para que pudieran abrazar simbólicamente a su paciente y familia.
Uno de los momentos más emotivos de la jornada fue el encuentro entre Natalia Torres y Paola Pérez. Paciente y donante, respectivamente, se conocieron el día previo y en el evento compartieron su historia con todos los asistentes.
En mayo de 2016, cuando Natalia Torres (44) quedó embarazada le diagnosticaron anemia aplásica, una enfermedad a la sangre y, por circunstancias del posparto, dice, no pudo recurrir a terapias inmunosupresoras o a un trasplante de médula ósea.
Aun así, su enfermedad estuvo controlada mediante trasfusiones de sangre. Pasaron varios años, hasta que en un control le confirmaron que el diagnóstico había evolucionado a una mielodisplasia, por lo que ahora sí era necesario el trasplante a partir de un donante compatible. Al no tenerlo dentro de su familia, la ingeniera debió buscarlo en registros de donantes no relacionados, como el de DKMS.
Mientras la búsqueda continuaba, en febrero de 2021 Paola Pérez (36) se registró como donante en un stand de la Fundación, motivada por ayudar al hijo de un compañero de trabajo que necesitaba un trasplante. Tres meses después, la enfermera del Hospital de Talca recibió una llamada. No tenía detalles sobre la persona para quien serían sus células, pero aun así decidió continuar. “Siempre tuve la esperanza de ser compatible con alguien, pero no pensé que iba a ser tan pronto. Exploté de emoción”, contó.
En julio del mismo año realizó la donación por aféresis y Natalia, en otra parte del país, recibió sus células madre sanguíneas. “Para mí la vida es un regalo de Dios y gracias a él tengo esta segunda oportunidad de vida que, a través de mi donante Paola, puedo tener”, agradeció Natalia.
“Creo que esto aporta en un gran porcentaje a la autorrealización que uno espera en su vida. Estoy muy feliz de saber que le pude salvar la vida a alguien, que le devolví una madre a una pequeñita y que ambas pueden disfrutar en familia”, expresó Paola.