Historias de donantes

“Hay que ponerse en el lugar del otro y ayudar”

Claudia Mardones tiene 28 años. “Nunca pensé que sería compatible con alguien, es algo que uno nunca cree que le va a pasar. Me emocionó mucho saber que la decisión de ayudar a otra persona a tener una segunda oportunidad de vida, estaba en mí”, cuenta. A continuación, su testimonio.

04/01/2021

“A comienzos de este año, fui a una campaña donde buscaban encontrarle un gemelo genético a Catita. Una amiga es prima de ella y nos había comentado sobre lo urgente que era la búsqueda para ella y quienes lo necesitan. Me motivó el hecho de poder ayudar a mi amiga por la situación familiar que estaba viviendo y cuando me contó sobre cómo era el proceso, me motivó aún más poder registrarme.

Cinco meses después, me llamaron por teléfono. Estaba entrando a una reunión de trabajo y no podía creerlo. La verdad es que nunca pensé que sería compatible con alguien, es algo que uno nunca cree que le va a pasar. Me emocionó mucho saber que la decisión de ayudar a otra persona a tener una segunda oportunidad de vida, estaba en mí. Al comienzo tenía un poco de miedo por lo desconocido, sin embargo, cuando tuve la cita con la enfermera y el médico, me explicaron todo el proceso y quedé bastante clara.

Doné por sangre periférica y, si bien es un poco largo, es un proceso muy simple. Me sentí bien durante toda la donación, solamente un poco cansada hacia el final; pero la verdad es que no duele absolutamente nada. En un comienzo tenía un poco de miedo de ponerme yo sola las inyecciones para preparar a mi cuerpo, pero volvería a hacerlo sin pensarlo.

No sé mucho sobre la paciente que recibirá mis células madre sanguíneas, solo que es una mujer estadounidense entre 60-70 años. Se que no está pasando por un buen momento, espero que con esto pueda tener una segunda oportunidad de vida. Me encantaría conocerla algún día.

Muchos amigos me han comentado que les encantaría poder estar en mi puesto y ayudar a alguien. Por lo mismo, los invito a conocer los testimonios que hay, ponerse en el lugar del otro y ayudar. No hay que tener miedo, es algo bastante simple y uno nunca sabe las vueltas de la vida”.

Historias relacionadas